VOCACIÓN

"Mayor que la tristeza de no haber vencido 

es la vergüenza de no haber luchado".

MELODÍA DE LIBERTAD: QUÉ ES LA VOCACIÓN

"Mayor que la tristeza de no haber vencido es la vergüenza de no haber luchado".
¿QUÉ ES VOCACIÓN?



Vocación es sentirse convocado a hacer algo útil en la vida. Todos los seres humanos tenemos vocación de ser hombres y mujeres, llamados a realizamos como personas, a disfrutar de la felicidad, a desarrollar las cualidades que llevamos dentro.


¿Tienes vocación? Pues claro. Ser persona y tener vocación van de la mano. Lo más triste de un ser humano es sentirse inútil, contemplar un mundo que desea desarrollarse, vencer la injusticia y promover la dignidad de todos y quedarse pasmado, como un espectador cruzado de brazos.

¿Has visto alguna vez en televisión la escena de un niño famélico, enfermo o abandonado? ¿No es verdad que has sentido un revuelo por dentro y te has planteado qué puedes hacer tú?
Pues eso es vocación. Descubrir que si tenemos pies y manos no son sólo para caminar y para comer; que podemos hacer algo más. Ese "más" se llama vocación.
Si en ti hay esa inquietud por ser más y por ayudar a ser felices a los otros, no solamente tienes vocación, tú eres vocación.
¿Qué es poesía? Y Bécquer respondía: Poesía eres tú.
Pues eso. ¿Qué es vocación? Vocación eres tú.

¿QUÉ ES VOCACIÓN CRISTIANA?



No vamos a entrar ahora en cuestiones filosóficas; tal vez en otra ocasión.
Se trata de buscar un punto de referencia. Cuando caminas por una ciudad desconocida te fijas en algunos detalles que pueden servirte como punto de orientación: un edificio, una torre, un anuncio publicitario... Pues bien, cuando caminas por esta aldea global que es el mundo, por esta senda misteriosa que es la vida, necesitas también un punto de referencia para no perderte, para orientarte mejor.
Ese punto de referencia se llama Jesús de Nazaret y su Evangelio de la Buena noticia. La vocación se hace religiosa cuando contempla, ama e imita a Jesús de Nazaret. Nadie como Él ha sabido ofrecer un camino tan saludable, tan hermoso, tan lleno de vida y de fuerza. Entre todos los grandes hombres, sabios y buenos, que han pasado por la vereda de esta historia, Jesús de Nazaret arrasa. Toda la historia está llena de su presencia y no hay camino por donde avances que no tenga un destello de él. Se ha convertido en el punto de referencia de la humanidad.




Si te fijas en él, tu vocación se vuelve religiosa. Puedes mirar a otro sitio si quieres, eres libre, pero no te quejes después si te pierdes. Hay algunos, más bien pocos, que quieren ir por la vida de ateos, y si se empeñan lo consiguen, pero tienen el problema de que el horizonte siempre se les acaba en algún sitio.
Cuando Jesucristo es tu punto de referencia nunca se acaba el horizonte. Tu vocación se siente trascendente.


UNA FORMA DE MIRAR


La clave de todo está en cómo se mira. Cada mañana te despiertas, abres la ventana que da a la calle y miras. ¿Cómo miras? ¿Qué ves? De tu respuesta depende la calidad de tu vocación.

¿Conoces el libro "El principito" de Saint de Exupery? Allí se dice que "lo esencial es invisible a los ojos". Es decir que hay quien mira solamente con los ojos y, claro, se pierde lo mejor. Hay ciegos que ven de maravilla y otros, que ven perfectamente, que no saben mirar y se lo pierden todo. Los ojos más profundos del ser humano están en el corazón.

La forma cómo miras te convierte en espectador o en cómplice, en arriesgado o en cobarde. Valle lnclán decía que "quien es capaz de mirar con los ojos de todos, es capaz de amar con los corazones de todos".

Si tienes un rato haz este ejercicio: vete al espejo, mírate un rato y analiza tu mirada. ¿Cómo miras? Hay miradas que hieren -¿lo sabías?- y hay miradas que salvan.


HAY MIRADAS Y MIRADAS. MIREMOS A VER


Hay miradas perdidas

Son esas miradas que miran sin ver. Le señalas el cielo y se quedan mirando al dedo o un árbol les impide ver el bosque. Pasan por las praderas cuajadas de margaritas y se van preguntando cuánto costaría un ramo de ellas. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Si acaso tienes la mirada perdida búscala antes de que se pierda para Siempre.


Hay miradas lejanas


Son esas miradas autosuficientes que cuando se fijan en ti te perdonan la vida. Apenas saben ver el dolor más cercano, la angustia de los que sufren, la soledad de los que caminan sin nadie. La vida, llena de ofertas, pasa a su lado y no la ven porque están ausentes. Pierden todos los trenes y nunca ponen los pies en el suelo. Cuando se caen difícilmente se levantan.


Hay miradas cortas


Son esas miradas cortas de vista. Se quedan en lo externo y nunca son capaces de traspasar más allá de lo que se ve. Un corazón es sólo un músculo y una flor una hierba de tantas. Les cuesta emocionarse ante la belleza de la vida porque no están las cosas para sentimientos. A cada cosa le ponen su precio porque no hay nada gratuito bajo el sol. Al final sólo les queda dinero.


Hay miradas de soslayo


Son esas miradas que se clavan durante un instante pero nunca se quedan. Miradas desconfiadas que ven más allá de lo que hay y de lo que no hay. Miradas deshabitadas porque están llenas de meandros que nunca llegan al mar. Mirar la vida así es como resignarse a cualquier cosa. Son incapaces de descubrir que la mayor felicidad está en dado todo, en no pedir nada, en creer siempre en los demás. Terminan con el entrecejo arrugado por no mirar a los ojos.
Hay miradas de pena

Son esas miradas que siempre van mendigando y nunca regalan nada. Miradas lastimeras que convierten el gozo de vivir en una queja y todos sus proyectos en lamentos. La vida se hace una carga más pesada cada día que pasa. No dejan un espacio pequeño para la esperanza porque todo es negro, siempre es de noche y lo peor que podía suceder, sucede. A su lado se nublan las esperanzas y la sonrisa acaba siendo una mueca apenas esbozada. Hay miradas de pena que dan pena.



Hay miradas ausentes

Son esas miradas que nunca están donde deben, que escapan cuando llegan los momentos difíciles, que nunca saben estrechar una mano por miedo a que no te la devuelvan. Miradas que sólo conjugan el verbo amar en pasiva porque la vida son cuatro días y hay que aprovecharlos a tope. Miradas que sólo ven el fin de semana cuando apuran el último vaso en el último minuto posible. Cuando hacen falta nunca están porque han sabido marcharse a tiempo.


Hay miradas cerradas


Como persianas que se resisten a la luz. Como puños cerrados incapaces de estrechar, de acariciar, de bendecir. Se niegan a ver la realidad que nos rodea porque "ojos que no ven, corazón que no siente". No distinguen un amanecer de otro porque todos los colores son sólo colores. No basta tener ojos hace falta voluntad de ver. "El que tenga ojos para ver que vea", pues algunos se niegan por si la luz les hace daño a sus pupilas.


Hay miradas pesimistas


Miradas que siempre ven el vaso medio vacío y la luz en penumbra. La humanidad es una desgracia que hay que sobrellevar y el mundo va por caminos cada día más oscuros. Sólo conocen el adverbio no y coleccionan todas las desgracias que aparecen. Tienen la vista siempre vuelta hacia atrás y se niegan a dar un solo paso si no es para retroceder.


Hay miradas interesadas


Son esas miradas especulativas que quisieran meter en un tetrabric el aire puro para comercializarlo y ponerle copyright a los amaneceres. Miradas que pesan cuanto miran y saben el precio justo de las ilusiones. Nunca dan nada si no es para cobrar intereses y tienen en el corazón una fibra metálica, como las tarjetas de crédito, para que nadie les falsifique las intenciones.


Hay miradas que hieren


Como saetas que se clavan en las pupilas. Miradas agresivas que torturan y desprecian. Miradas inquisitoriales que juzgan lo que encuentran y ponen etiquetas a las sonrisas. Miradas matonas que nunca han sido amadas por nadie y nadie les ha enseñado a amar. La vida es una cruel batalla en la que siempre acaban sangrando. Miradas que llevan botas de cuero y pisan las margaritas del camino sin percatarse de su aroma y su belleza.


Hay miradas repletas de amor


Hay también, muchas, miradas de amor. Miradas que se quedan allí donde van, que se regalan como destellos de luz, que no saben de precios ni intereses. Miradas que se hacen manos abiertas, corazones rasgados, sonrisas que no vienen a cuento. Cuando ves una mirada de amor se desarma el universo y tiemblan de emoción las estrellas. Una mirada de amor es como un torrente de agua fresca que inunda los campos sedientos y les devuelve la vida dormida en sus labios. Hay miradas que te desconciertan y un cosquilleo de luz te roza las fibras del alma.


MIRAR CON EL CORAZÓN


Yo quería proponerte una mirada distinta. Se trata de mirar, si te atreves, con el corazón. Cuando miras así eres incapaz de permanecer indiferente a no ser que seas de mármol. Pellízcate. ¿Te duele? Eres de carne. Puedes mirar, si te lo propones, con el corazón. Mirar así es descubrir que podemos ganarle la batalla al dolor.
Que todos los seres humanos están invitados a sentarse en la mesa del futuro. Que hay que sacudir la modorra que arrastra nuestro mundo aquejado por la violencia, la miseria y la esclavitud. Que tenemos derecho -todos- a la felicidad. Que ya está bien de quejarse y ha llegado la hora de hacer algo.

Cuando alguien mira con el corazón se derriten las piedras. Nada hay tan potente como el amor -tú lo sabes- y cuando alguien ama se conmueve el universo. Eso es mirar con el corazón; estar dispuesto a amar todo cuanto nos rodea y a todos cuantos nos acompañan por este sendero de la vida. Se trata de mirar con ternura, como Jesús, para que sea el corazón -y no sólo los ojos- el que vea.


FIJARSE EN UN DETALLE


Querer verlo todo de un vistazo resulta difícil, y además, tienes el peligro de perderte los detalles más hermosos. La tarde no necesita un color anaranjado para ser hermosa, pero cuando lo tiene, y lo descubres con claridad, te embarga una emoción inefable y la tarde se convierte en especial. Todo lo hace un detalle.
Cuando quieres a alguien no hace falta demostrárselo materialmente; tú lo sabes y basta. Pero un beso es como un sello que certifica inequívocamente ese sentimiento de amor que te desborda. ¿A que sí? El beso es sólo un detalle pero ilumina el amor y te hace sentirlo a flor de piel. Hasta el punto de que no se concibe el amor sin un beso de vez en cuando, o un abrazo.
La Merced, y en ella la vocación mercedaria, es también un detalle. Es fijarse en un pequeño detalle: la hermosura de la libertad.
¡Qué distinto es ver una paloma enjaulada a contemplarla en un vuelo libre surcando el cielo! ¡Qué distinto es encontrarte con un hombre libre o con un esclavo amarrado a sí mismo, a los otros o a las cosas! ¡Nada hay tan triste como un hombre convocado a ser perfecto y convertido en un guiñapo, en una mueca, en un desperdicio!
La Merced se emociona contemplando la libertad; ese detalle que todo lo hace nuevo. Y su vocación es trabajar para que todo y todos sean más libres. Podíamos decir entonces, aunque suene un poco cursi, que La Merced es un beso a la libertad, un vuelo de libertad, un abrazo de libertad.


COMPROMETERSE POR LA LIBERTAD


En esto andamos. Amar la libertad es trabajar por ella. Nadie puede ser liberador si no es libre. Nadie puede ofrecer lo que no tiene. Ser mercedario o mercedaria es un compromiso sin tregua por la libertad. Contemplar la vida como un don y hacer de ella un don. Es una manera de sentir, de ser y de actuar. Metiendo la pata algunas veces, pero sin perder de vista el horizonte que queremos tocar con los dedos.

Y como somos muchos los que estamos embarcados en esta aventura mercedaria queremos ir juntos, para animamos, para acompañarnos, para amamos... ¡la familia mercedaria! Con nuestras diferencias, que son muchas, pero también con nuestras afinidades y nuestro deseo compartido de amor a la libertad. Religiosos, religiosas y laicos mercedarios, todos tan distintos y tan iguales. Compartimos una misma tarea, una misma preocupación, una misma meta.


HAY UN CAMINO PARA TI


Así como eres hay un camino para ti. Un camino que sólo tú puedes recorrer porque es el tuyo. ¿Recuerdas lo que dice el poeta León Felipe? "Nadie va hoy, ni irá mañana por el mismo camino por donde voy yo. A todos aguarda un mañana nuevo bajo el sol, y un camino virgen: Dios." Y Machado: "Se hace camino al andar".
Tienes un camino particular. En algún lugar se van señalando tus huellas. No es igual uno que otro. Todos los caminos no conducen al mismo lugar. Y tú quieres llegar lejos, explorar la cumbre, contemplar más allá del horizonte. ¿O no?


PUEDES SER MERCEDARIO/A


El que no conoce una cosa no puede amarla. Quien no conoce a una persona no puede enamorarse de ella. Quien no ha leído un poema no puede emocionarse con su belleza. Sólo por eso te invito a conocer y a descubrir el camino mercedario. Hay muchos jóvenes, chicos y chicas como tú, que un día se acercaron, vieron y se emocionaron. Hoy son mercedarios y mercedarias orgullosos de serlo y agradecidos por aquella oportunidad.
No pierdes nada por conocerlo y puedes ganar mucho. Nadie desea "comerte el coco". Aquellos que se dejan comer el coco no sirven para la libertad. Sólo buscamos gente libre, muy libre, para una aventura como ésta.


LA MERCED TIENE SU HISTORIA


Esta familia mercedaria no es un capricho del tiempo o una ocurrencia sin pies ni cabeza.
Tiene ¡800 años! de historia y está formada por quince familias religiosas. La Merced puede presentar orgullosa 800 años de traba-jo por la libertad. Y esta vieja historia no ha conseguido hacemos viejos porque la Merced está formada hoy por hombres y mujeres de hoy, que quieren caminar al ritmo de los tiempos y latir con el corazón de esta humanidad.
Fue Pedro Nolasco, en 1218, quien regaló a la Iglesia este carisma liberador y desde entonces la Merced ha sido un árbol frondoso que ha ido creciendo como ramas de olivo que se abren hacia la libertad.


Y QUIERE TENER FUTURO


La Merced tiene vocación de futuro porque la tarea de la libertad es irrenunciable en medio de las preocupaciones más vitales del hombre y de la mujer. No queremos mirar atrás para cultivar añoranzas o recuerdos, sino para contemplar la inmensa tarea realizada en pro de la libertad y sentimos interpelados a continuarla. Mientras haya humanidad habrá anhelos de libertad y La Merced quiere acompañar estos anhelos, animar estas expectativas y promocionar un mundo más limpio, una humanidad más redimida y un futuro para todos más esperanzador.
Por eso nos acercamos a ti, para ofrecerte la posibilidad de unir tus fuerzas en esta tarea liberadora, de dejarte seducir por este soplo fresco del Espíritu que nos convoca a la libertad.


CONTACTA. NO PERDERÁS NADA


El primer paso tienes que darlo tú, porque tuya ha de ser la iniciativa. En nosotros encontrarás apoyo y compañía. Pero sólo tú puedes dar el primer paso. Así son las cosas de Dios, muy libres, absolutamente libres, para que puedas sentirte protagonista y feliz de elegir tu propio camino.
Es verdad que no es fácil escoger y ver con claridad en medio de esta oferta abrumadora de gangas que la vida te ofrece. Pero ya sabes que hay ofertas que son pan para hoy y hambre para mañana, otras te dan gato por liebre, muchas tienen fecha inmediata de caducidad. En fin, que las rebajas no siempre interesan.
El Evangelio de Jesús no engaña, no quiere dorarte la píldora. Él llama a las cosas por su nombre y no te lo pone fácil. Su alternativa es hermosa y original, pero pasa por "cargar con la cruz", "perder la vida", servir y renunciar... Está claro que nadie gana sin invertir, que sólo la entrega produce fruto abundante y que de vez en cuando hay que podar para que se renueve la savia. Así es el Evangelio, y en él quiere beber cada día esta familia merced aria con deseos de libertad.


Y PUEDE QUE GANES MUCHO...


Hasta el ciento por uno, dice el Evangelio, puede fructificar el grano de trigo enterrado. "El que deja casa, tierras, familia, por mí y por el Evangelio, recibirá en esta vida cien veces más, con persecuciones, y después la vida eterna" "¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?" .